Lo que funciona no se toca, pero el calendario exigirá rotaciones

13 futbolistas se reparten el 91% del total de los minutos disputados por el Athletic en la Liga 

Estamos inmersos en la temporada más peculiar de la historia moderna del fútbol, pandemia al margen, debido a la confección de su calendario. Los petrodólares llevaron el Mundial a Qatar y provocaron un efecto dominó en todos los grandes estamentos del balompié. Realizaron un reajuste a gran escala para cuadrar todas las competiciones como un encaje de bolillos. Sin pestañear, todo por la pasta. Al menos los clubes han tenido tiempo para diseñar sus métodos de trabajo para afrontar esta campaña 2022-23.

Es evidente que el físico va a jugar un papel relevante, algo que trae de cabeza al cien por cien de los equipos precisamente por ser una circunstancia que nunca han experimentado. Y aquí entra el Athletic. Un conjunto que fundamentalmente vive del esfuerzo y que cuando la batería no está cargada a tope, baja enteros. La necesita para tirar alta la presión, para que sus puntas incordien a la espalda de las zagas rivales y para los retrocesos defensivos cuando toquen.

Varios jugadores del Athletic en una sesión en Lezama
Williams, Sancet, Iñigo y Zarraga, en una sesión en Lezama FOTO: Athletic Club

Dicen que lo que funciona, no se toca. Aunque siempre hay excepciones y el calendario le exigirá rotaciones a Valverde. Todo ha ido sobre ruedas en el arranque liguero del Athletic. Los cambios han sido contados y mayoritariamente por obligación debido a las molestias físicas de Yuri, Vesga e Iñigo Martínez. La única variación de Txingurri fue la de apostar por Villalibre en la jornada inaugural del campeonato. Después devolvió a Williams a la punta de lanza del Athletic y el quinteto ofensivo formado por Sancet, Muniain, Berenguer y los hermanos Williams ha sido inamovible.

La afición zurigorri podría recitar de carrerilla el once de Valverde. No es una sensación, los datos le dan consistencia a la teoría. Únicamente 15 futbolistas han sido titulares en los ocho compromisos ligueros jugados. Y aquí habría que poner un asterisco porque Villalibre solo lo ha sido una vez y Yuri, dos, en las dos jornadas iniciales. Los 13 restantes integran el núcleo duro de Valverde y dan forma a su once: Unai Simón; De Marcos, Yeray, Vivian (Iñigo Martínez), Lekue; Dani García (Vesga), Sancet, Muniain; Nico Williams, Iñaki y Berenguer. Estos 13 leones se han repartido el 91% de los minutos que ha completado el Athletic en lo que va de Liga. 7.175 de un total de 7.920.

Curiosamente aquí no aparece Ander Herrera, la llegada más sonada en el verano bilbaíno. Entre que se incorporó tarde al grupo, que no tenía la forma idónea al carecer de ritmo de partidos y que la medular rojiblanca no ha dado motivos para retocada, el ex del PSG no ha encontrado su hueco. Tampoco lo hará mañana contra el Atlético porque debe cumplir sanción, sin embargo parece probable que pueda estrenar titularidad el martes en Getafe.

Se viene un reto para el Athletic. Será la primera vez en el presente ejercicio que afronte dos partidos en 72 horas. Es de esperar que Valverde confíe nuevamente en su bloque principal para recibir a los colchoneros, pero no extrañaría que introdujera varios retoques en la cita del Coliseum. Luego habría descanso suficiente para encarar la visita al Camp Nou del próximo domingo.

Habrá que repartir las cargas para mantener un tono físico elevado que les permita a los leones desarrollar ese fútbol de vértigo que ha encandilado a su hinchada. Europa es el objetivo fijado y el Athletic dispone de una ventaja, puesto que no tendrá distracciones continentales este curso. Solo un encuentro por semana durante gran parte de la temporada. Por no hablar de que las fases de grupos de la Champions, Europa League y Conference se han concentrado en 9 semanas por obra y gracia del Mundial de Qatar cuando, sin ir más lejos, en la pasada campaña se celebraron a lo largo de 14 semanas. No sería descartable que Real Madrid, Barça, Atlético, Sevilla, Betis, Real Sociedad o Villarreal lo pudieran pagar con el avance de los meses. Eso sin contar lo que suceda en el Mundial con los jugadores internacionales.

Lo que funciona no se toca, pero el calendario exigirá rotaciones
Lekue, en la reciente visita de los leones al Sevilla FOTO: Athletic Club

La Liga volverá, en lo que al Athletic se refiere, por Nochevieja con el desplazamiento al Villamarín. Pero antes de Navidad, entre el 21 y el 23 de diciembre, tendrá lugar la segunda ronda de Copa y es probable que allí estén los rojiblancos si hacen los deberes justo antes del parón. El lunes 24 de este mes conocerán a su rival en la primera eliminatoria, que está fijada para el fin de semana del 12-13 de noviembre en lo que será el último envite del Athletic previo al Mundial.

Valverde concederá algunos días de vacaciones y luego llegará una especie de pretemporada en pleno diciembre. Con varios amistosos en el horizonte. Solo está confirmado el del Chivas para el día 11 en San Mamés, pero habrá más. Por ejemplo, uno contra el Burgos en El Plantío el jueves 15 con motivo del centenario de la entidad blanquinegra.

Sin solución de continuidad nos plantaremos en enero. El tramo más complejo del calendario para el Athletic, cuando más ajetreo se le atisba. Si avanza rondas en el torneo del KO deberá intercalar sus cruces con los derbis ligueros contra Osasuna y Real Sociedad y también con la visita del Real Madrid a San Mamés. Todos ellos son encuentros programados para el primer mes de 2023. Los de Valverde tendrán que activarse de cero a cien y aquí el físico puede generar más de un quebradero de cabeza a los servicios médicos del Athletic y a los de todos los equipos.

La Liga se estirará un poco más de lo habitual para concluir el primer fin de semana de junio. Aunque lo cierto es que el calendario de este curso 22-23 es una auténtica montaña rusa que despierta enormes incógnitas desde el punto de vista físico a todos los niveles. Acelerones, parones y regresos a la actividad. Con la exigencia y la tensión aumentando en cada día tachado del calendario. Una temporada muy atípica que nadie ha vivido y en la que alguno puede pagar las consecuencias de este puzle motivado por los petrodólares de Qatar.

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