Surrealismo puro en Sevilla antes de la visita del Athletic
La salida de Lopetegui del club hispalense no puede considerarse la crónica de una muerte anunciada porque el deceso ya se había producido antes de medirse al Dortmund
Yo esto de que un entrenador sea despedido con vítores por su afición porque todo el mundo sabía de antemano que iba a ser fulminado nada más pisar el vestuario, no lo había visto nunca. El paripé que ha realizado el Sevilla en los últimos días con Julen Lopetegui ha sido igual de grande que La Giralda. El clima estaba enrarecido desde mucho tiempo atrás, aunque la derrota frente al Atlético fue el último clavo en el ataúd del guipuzcoano.
Ni siquiera puede considerarse la crónica de una muerte
anunciada porque el deceso ya se había producido cuando comenzó el partido
entre el Sevilla y el Dortmund. Lopetegui, para entonces, era ya más un
protagonista de ‘The Walking Dead’. La sensación ha sido que el retorno de
Sampaoli no se ha oficializado porque la conexión de vuelos no sería la más
idónea para llegar a comienzos de semana. Y en esas llegará el Athletic el sábado al Pizjuán. Con el colmillo
afilado para intentar hacer más sangre y seguir con la fiesta tras un inicio
meteórico.
Lopetegui cuenta sus ligas completadas al frente del Sevilla por clasificaciones para la Champions. Tres de tres. Además de una Europa League en medio de la pandemia en 2020. El asunto es que este último verano, el club hispalense ha vendido a Diego Carlos y a Koundé. De tener una de las mejores defensas del campeonato a ayer enfrentarse al Dortmund con Gudelj, que no es central, Kike Salas y Carmona haciendo de tridente en el eje de la zaga. La exigencia es la misma mientras el plantel baja sus prestaciones. Aunque tampoco hay que pasar por alto que no está Lopetegui para protestar demasiado después de la que organizó en los días previos del Mundial de Rusia.
FOTO: Captura Movistar |
¿Qué es mejor para el Athletic de cara al sábado? Ya dejó
claro Unai Simón que visitar al Sevilla nunca es buen momento. El 1-4 contra el
Dortmund es bastante engañoso. Lo que sí muestra es que los andaluces están con
la flecha completamente hacia abajo. Quisieron, tuvieron ocasiones, demostraron
capacidad de reacción tras el 0-1 y también en el inicio del segundo tiempo,
pudieron acortar aún más la distancia tras el 1-3, sin embargo el Sevilla es un
flete absoluto en defensa.
Con el 0-3 antes del descanso empezaron los gritos a favor
del técnico y en contra de la directiva sevillista. Lopetegui ni se inmutó al
marcar En-Nesyri. El 1-4, faltando un cuarto de hora, sentenció la contienda y
el Pizjuán pudo dedicarse en exclusiva a lo que le pedía el cuerpo en ese
instante. Despedir al de Asteasu y lanzar pullas al palco. “Directiva,
dimisión”, coreó la grada en el descuento. El pitido final del colegiado se
entremezcló con un sonoro “Julen, Julen, Julen Lopetegui”, que fue el preludio
del “Julen quédate”. Pero la decisión ya estaba tomada.
La grada coreó "directiva, dimisión" y "Julen quédate" a la conclusión del encuentro
La función guardaba una sorpresa final. Cuando el preparador
se dirigía al vestuario, se cruzó en la escalinata con Monchi, quien le convenció para que subiera de nuevo al verde a despedirse de su gente. Todas
las cámaras se dirigían a Lopetegui. Eran sus últimos segundos en el cargo.
Todos sabían que era su final, su único vínculo con el Sevilla era una mera
formalidad. La carta de despido le esperaba en su despacho.
El propio Julen fue el primero en confirmarlo en la
entrevista post partido con Movistar. Minutos después llegaría el comunicado
oficial del Sevilla. Y seguido, un vídeo de 6 minutos y 5 segundos a través de las redes sociales repasando la
etapa del técnico al frente de la escuadra hispalense. La verdad es que
hicieron rápido el montaje.
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