Argentina no quiere revivir la pesadilla de 2002 con Bielsa
La Albicelete no cae a las primeras de cambio en un Mundial desde hace 20 años, cuando llegó siendo muy favorita y se despidió con una ola de críticas hacia el Loco
Empezamos pronto con las finales en el Mundial. La primera para una de las favoritas llega sin haberse cumplido una semana de competición. Argentina vive en tensión después del sonoro batacazo frente a Arabia, el rival más débil del grupo, y esta noche mide sus fuerzas con México. Un empate dejaría a los de Scaloni contra las cuerdas y una derrota supondría su muerte en vida, puesto que tendrían que quedarse unos días más en Qatar para jugar la tercera jornada sabiéndose ya eliminados. Los aztecas esperan con la guadaña, buscando revancha por lo sucedido en 2006 y 2010. En ambas ediciones cayeron contra Argentina en octavos, siendo especialmente dolorosa la de Alemania. Maxi Rodríguez decidió en la prórroga con un tanto de bandera. “Fue un gol que marcó mi carrera”, confesaría años después el ex del Atlético.
Hasta el ‘Arabiazo’, la Albiceleste no perdía desde el 2 de julio de 2019 en las semifinales de la Copa América ante Brasil. 36 encuentros consecutivos sin conocer la derrota. Se ha quedado a uno del récord histórico en el fútbol de selecciones, que lo ostenta Italia con 37. En este periplo, Argentina volvió a saborear un título, dándose el gustazo de arrebatarle la Copa América de 2021 a Brasil en el mismísimo Maracaná. Y le puso la guinda metiéndole un 3-0 a Italia en la Finalissima de Wembley. La actual situación le debe dar vértigo, no está acostumbrada.
Bielsa bebe agua durante uno de los partidos de Argentina en el Mundial de 2002 |
Argentina no sufre en sus carnes la sensación de
quedarse fuera de un Mundial a las primeras de cambio desde 2002.
Curiosamente en la anterior y única vez que se celebró en Asia. Aquello
fue traumático porque se presentó en Corea y Japón (aunque solo jugó en
el país nipón) como la máxima favorita al título. Había apabullado a
todos en la fase de clasificación. Trece victorias, cuatro empates y una sola
derrota, en Brasil. La Canarinha sesteó con un KO histórico, pero
selló su billete para la Copa del Mundo en la última jornada… y a la
postre se colocaría la quinta estrella en la pechera.
No quiere revivir Argentina la pesadilla de hace 20
años con Marcelo Bielsa a los mandos. La realidad fue dura porque se fue
a la calle perdiendo solo un encuentro y de penalti. Le penalizó caer en el
llamado grupo de la muerte junto con Nigeria, Inglaterra y Suecia. El
asunto es que todo comenzó a pedir de boca para sus intereses, con una victoria
por la mínima ante los africanos gracias a un cabezazo de Batistuta en
un córner (1-0). Se torció en la segunda jornada. Los choques entre Argentina
e Inglaterra siempre tienen un punto extra de picante, es difícil
olvidar el conflicto de las Malvinas. Además, los sudamericanos se
habían cargado a los británicos en Francia 98. En la tanda de penaltis y
tras un polémico duelo en el que Beckham vio la roja directa por
propinar una patada a Simeone. El ex del Manchester y del Madrid
se redimió en Japón convirtiendo la pena máxima que supondría el
principio del fin para Argentina (0-1).
Con todo, los de Bielsa dependían de sí mismos en la última fecha. Ganando a Suecia pasaban a octavos. Sin embargo, las críticas habían empezado a aflorar. Por el rendimiento de Verón, por que el técnico se mostraba reacio a juntar en el verde a Crespo y a Batistuta… Y justo cuando ‘Valdanito’ relevó a ‘Batigol’, premio para Suecia al clavar Svensson un libre directo. Argentina, que colgó 68 balones al área en todo el partido, lo intentó por todas las maneras, sin embargo solo pudo igualar merced al rechace de un penalti con el que acertó Crespo. El Loco gesticulaba, se movía de lado a lado, se llevaba las manos a la cabeza con cada oportunidad desperdiciada. El pitido final enterró las opciones de Argentina de volver a ser campeona como en 1986 y 1978.
Svensson clavó este libre directo que fue letal para los intereses de la Albiceleste |
“Se hicieron el harakiri”, tituló Olé al día siguiente.
No era para menos. El plantel albiceleste estaba conformado por Ayala,
Samuel, Pochettino, Zanetti, Almeyda, Verón, Simeone, Aimar, Claudio López,
Batistuta, Ariel Ortega, Aimar o Crespo. Con la mayoría de ellos en el
punto culminante de sus carreras, tanto por edad como por relevancia en sus
clubes. El físico jugó en su contra. Aquí estuvo el caballo de batalla. Simeone,
Batistuta, Verón, Aimar o Almeyda llegaron a la cita con diversas
molestias. Vivas, indiscutible en ese ciclo, se quedó fuera por una
grave lesión de rodilla. Para colmo, Ayala sufrió un tirón en el
calentamiento ante Nigeria que le apartó del torneo.
A Bielsa le llovieron las críticas por la preparación
física que diseñó con vistas al Mundial. Pero no fueron solo palos del
entorno, también los recibió desde dentro de la caseta. “Llegamos muy tocados. Cuando
estábamos en Roma tuvimos un entrenamiento muy intenso, fueron cosas que se
pudieron evitar y hacerlas de otra manera. Estábamos cargados, muchos
jugadores estábamos débiles físicamente. Lo hablábamos con el profe Bonini
porque teníamos un nexo extraordinario con él. Marcelo, en cambio, era
más distante en el uno a uno”, manifestó Claudio López en una entrevista con
Fox Sports. El rosarino organizaba dobles y triples sesiones en el stage
previo al Mundial en tierras italianas en un momento delicado del curso.
Un error que repitió posteriormente en Bilbao.
De cara a la opinión pública, no ayudó la argumentación que ofreció Bielsa después de ser eliminados: “Creo que claramente fuimos el mejor equipo del grupo. Merecimos ganar holgadamente a Suecia, un mayor resultado contra Nigeria y no merecimos perder contra Inglaterra. Pero el fútbol tiene como opción que el que sea mejor no necesariamente gane. Ha sido un fracaso porque estábamos en condiciones de obtener más de lo que obtuvimos. Ahora bien, no me parece justo no acompañar el análisis de un montón de otros aspectos positivos. No hay ninguna duda de que fue el mejor equipo del grupo. Si bien no suaviza la sensación, la explica”.
Argentina se presentó con un equipazo y era la gran favorita para alzar la Copa del Mundo |
Pese a la debacle en suelo nipón, la Federación Argentina
tuvo sangre fría y un campo de visión mayor y mantuvo la confianza en Bielsa.
Renovó su contrato. El borrón en el Mundial fue inmenso, pero todo lo
armado en los cuatro años anteriores tenía mucho valor y no podían olvidarse de
ello. Hubo recompensa para los dirigentes y para el Loco, que levantó el ánimo
del pueblo y se ganó de nuevo su aliento a base de resultados. Alcanzó la final
de la Copa América en 2004, aunque la perdió en los penaltis contra una Brasil
que igualó en el minuto 93. Ese mismo verano, Bielsa conquistó el oro
olímpico en Atenas. Y dos semanas más tarde, nada más arrancar la fase de
clasificación para el Mundial 2006, dimitió: “Noté que la energía que
exige absorber todas las tareas de ser entrenador ya no estaba. Ya no tenía ese
impulso”.
Mientras el resto del mundo se encuentra deseoso de
comprobar una vez más la originalidad de los aficionados argentinos para
lamentarse o insultar, la tropa de Scaloni intentará agarrarse a la
competición con todas sus fuerzas. No cuenta con el plantel de hace 20 años,
pero en sus filas figura un Messi que probablemente esté viviendo su
último Mundial. A su hinchada no le valdrán los merecimientos ni los
goles anulados como ante Arabia, quieren tangibles y no volver a revivir
las lágrimas derramadas en 2002.
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