La hipocresía de Infantino y el Efecto Streisand con los brazaletes ‘One Love’

La FIFA ha prohibido lucir el estandarte arcoíris a siete selecciones durante el Mundial amenazando con sanciones deportivas 

“Me siento gay”, lanzó, entre otras muchas cosas, Gianni Infantino en una rueda de prensa previa al Mundial. Fue su método de hacer ver que en Qatar todas las personas son bienvenidas, sin importar su género o su condición sexual. En su cabeza sonaba fenomenal, en la práctica no tanto. Más bien se parecía a la canción ‘Piensa gay’ con la que Lorena Castell opositó para acudir a Eurovisión en 2008. A las primeras de cambio, la represión ha salido a flote en la FIFA, que ha amenazado con sancionar en el terreno de juego a los futbolistas que lucieran el brazalete ‘One Love’ con el que varias selecciones pretendían protestar contra las muchas injusticias contra las libertades que se viven en el país organizador del Mundial.

Inglaterra, una de las principales impulsoras de la iniciativa, era la primera en salir a escena. Por la mañana, la FIFA se encargó de dejarles muy claro a las siete selecciones insurgentes que no lo iba a tolerar. Debe de ser por eso de no morder la mano al que te da de comer… o incluso de catar. Gales, Bélgica, Alemania, Países Bajos, Suiza y Dinamarca eran los otros combinados que iban a acompañar a Inglaterra portando el brazalete arcoíris reivindicativo. ¿Por qué no se unieron más equipos?

La hipocresía de Infantino y el Efecto Streisand con los brazaletes ‘One Love’
Este era el brazalete arcoíris que iban a lucir siete selecciones FOTO: FEDERACIÓN INGLESA

La FIFA amenazó con que el futbolista que luciera ese distintivo en el brazo vería una cartulina amarilla nada más arrancar el partido. Con el riesgo de recibir en el transcurso del mismo una segunda y quedar expulsado. O de ser amonestado en otro encuentro y tener que cumplir sanción. Con dos amarillas hay que cumplir un encuentro de castigo en la Copa del Mundo. “La FIFA ha sido bastante clara. Pondrían sanciones deportivas si los capitanes llevaban los brazaletes en el terreno de juego. Como federaciones nacionales, no podemos poner a nuestros jugadores en la posición de que pudieran enfrentarse a sanciones deportivas”, manifestaron las siete selecciones en un comunicado conjunto. Estaban dispuestos a “pagar multas”, sin embargo no querían perjudicar a sus jugadores.

Resulta comprensible que las federaciones hayan reconsiderado su protesta, ya que estarían en desventaja frente a otros conjuntos que no lo iban a llevar a cabo. Y, de todos modos, han cumplido en parte con su objetivo. Se han pronunciado de forma pública y le han dado visibilidad a su queja. La FIFA, por su parte, ha provocado un ‘Efecto Streisand’. Merced a esta represión, el asunto de los brazaletes ha adquirido una mayor dimensión y ha llegado a ojos y oídos de muchas personas que no estaban enteradas del asunto.

No hubo brazalete arcoíris, aunque los jugadores ingleses sí plantaron la rodilla en el suelo para apoyar el movimiento ‘Black Lives Matter’ en los prolegómenos de su primer choque en el Mundial. Irán, su rival, también tuvo su ración reivindicativa. Sus futbolistas no cantaron el himno mientras sonaba en el estadio como señal de protesta ante la represión que viven las mujeres iraníes. Un movimiento que va ganando terreno en el país asiático. Puede parecer baladí, pero es una postura valiente por su parte. Sobre todo debido a las posibles represalias que pudiera tomar su gobierno.

La hipocresía de Infantino y el Efecto Streisand con los brazaletes ‘One Love’
Inglaterra pasó por encima de Irán y presentó su candidatura FOTO: FIFA

En lo deportivo, puñetazo sobre la mesa de Inglaterra. Un aquí estoy yo de manual, con la única duda, muy razonable, de enfrentarse a un oponente de escaso potencial. Irán se llevó un set sin que Harry Kane viera puerta (6-2). Curioso. Cada servicio al área de los británicos era motivo de sufrimiento para los dirigidos por Carlos Queiroz. Maguire sembraba el terror. Sin grandes alardes, los de Southgate encarrilaron su victoria con tres goles en la recta final del primer tiempo. El segundo fue un mero trámite, con el único interés de ver cuántos tantos podía convertir Inglaterra. Que tenía su importancia para posibles desempates. La vigente subcampeona de Europa quiere dar guerra.

Un apellido ilustre abrió el otro duelo del grupo: Weah. De nombre Timothy, no George. Su padre, Balón de Oro en 1995 y actual presidente de Liberia, nunca llegó a jugar un Mundial. Jugó en una selección africana que no tuvo el potencial suficiente. Su hijo, nacido en Estados Unidos, ha podido sacarse la espina y encima con gol a las primeras de cambio. Eso sí, lo de ganar lo tendrá que dejar para la siguiente ocasión porque los norteamericanos firmaron tablas con Gales. Lo justo visto lo visto dado que ambos se repartieron las partes.

Estados Unidos dominó de principio a fin hasta el descanso. De Bale no hubo noticias más allá de que vio una amarilla. Pulisic sacó su clase a relucir para filtrar un pase que ejecutó Weah con el olfato de su padre. Todo varió en el segundo periodo. Gales fue ganando centímetro a centímetro a base de esfuerzo, intimidando a su rival a base de balones a la olla. Un clásico. Ben Davies y Moore la tuvieron en apenas un minuto en sendos remates de cabeza. Gales encontró el premio tras un saque de banda rápido que acabó en penalti sobre Bale que el propio ex del Real Madrid se encargó de convertir. Un punto para cada uno y a seguir remando en busca de la segunda plaza dado que la primera apunta a Inglaterra.

La hipocresía de Infantino y el Efecto Streisand con los brazaletes ‘One Love’
Gakpo anotó el tanto que encarriló la victoria de Países Bajos ante Senegal FOTO: FIFA

Senegal y Países Bajos abrocharon el grupo A que se inició con la alegría ecuatoriana en la inauguración. El del Al Thumama Stadium ha sido el primer gran choque de este Mundial. Al menos el primero reñido y en el que los africanos le miraron de tú a tú a los europeos a pesar de no poder contar con Sadio Mané. Fue un primer acto con dominio de Países Bajos y con Senegal apelando a las transiciones. Lo que se podía esperar. Suena a absoluto cliché, aunque es lo que se vio en el tapete de Doha.

Los dirigidos por Aliou Cissé supieron mantener mejor la línea tras el descanso y asumieron el bando. Cierto es que no lo tradujeron en peligro real, en buena medida por tener enfrente una defensa formada por De Ligt, Van Dijk y Aké. No sería descabellado decir que Países Bajos presenta la mejor retaguardia de la competición. Senegal fue creciendo, sin embargo quedó tocado por la lesión de Kouyaté. Se le generó una vía de agua que no supo tapar. Por no hablar de que Mendy se encargó de aumentarla. Kepa salió reforzado de este partido a ojos de Graham Potter. Gakpo estrenó el marcador en el 84’ tras un perfecto centro de De Jong, un error de marca importante de la defensa senegalesa y una salida a ninguna parte del portero del Chelsea. Los africanos quedaron KO y Klaasen apuntilló en el añadido al sacar provecho de un mal despeje de Mendy.

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