Senegal nunca pasa desapercibida: cuidado con las tarjetas amarillas

Histórica fue su victoria en el debut mundialista de 2002 frente a la campeona Francia y también su eliminación en 2018 en detrimento de Japón debido al ‘Fair play’ 

Después del choque inaugural entre Qatar y Ecuador, el grupo A se completa con el cruce entre la principal favorita de este lote, Países Bajos, contra Senegal. Un reto de envergadura en el arranque para los africanos, que pondrá a prueba su estado futbolístico y emocional después de la baja por lesión de su gran estrella: Sadio Mané. Les tocará apelar a la fortaleza grupal a los Leones de Teranga para dejar una buena reseña en su paso por el presente Mundial.

Aunque de estrenos por todo lo alto ya sabe bastante Senegal. De hecho, su debut en una Copa del Mundo es insuperable. Fue la encargada de abrir la competición en 2002 en la cita de Corea y Japón y tumbó de buenas a primeras a una Francia que ostentaba las vigentes coronas del mundo y de Europa. La victoria dio alas a los africanos y confianza en sí mismos. Se plantaron en cuartos y solo fueron apeados por Turquía merced al extinto gol de oro, mismo método por el que avanzaron en cuartos contra Suecia. De los cuatro goles de oro que se han producido en los Mundiales, dos han sido con Senegal como protagonista.

Senegal nunca pasa desapercibida: cuidado con las tarjetas amarillas
Bouba Diop y sus compañeros de Senegal celebran el gol en la inauguración ante Francia

Un conjunto que nunca pasa desapercibo cuando alcanza la cúspide del fútbol de selecciones. La de Qatar será su tercera Copa del Mundo. 2002 fue un poco de agua en el desierto, puesto que no volvió a lograr el billete hasta 2018. Su concurso en Rusia no fue tan exitoso, pero tampoco dejó un mal sabor de boca. Se despidió en fase de grupos de una curiosa manera… por ver dos tarjetas amarillas más que Japón.

31 de mayo de 2002, Seúl. Senegal venía de ser subcampeona de África, su mejor resultado hasta entonces, después de perder la final ante Camerún por penaltis. El sorteo le deparó ser la encargada de inaugurar el primer Mundial que era acogido por dos países. Una época en la que los vigentes campeones daban el banderazo de salida al torneo. Todos los focos estaban puestos allí. Los ‘Bleus’, eso sí, no pudieron contar con Zidane. El bigoleador de la anterior final, lesionado, solo llegó a la tercera jornada del grupo para verse las caras con Dinamarca, en lo que fue el adiós de los suyos.

El-Hadji Diouf, que ese verano ficharía por el Liverpool, desbordó por la izquierda y puso el cuero atrás. Petit despejó contra su portería, Barthez despejó como pudo y Papa Bouba Diop remachó desde el suelo. El ‘Armario’, apodo por el que era conocido por sus 196 centímetros de altura, hizo el único tanto del encuentro. Se fue corriendo a celebrarlo al córner. Se quitó la camiseta, la posó en el suelo y todos sus compañeros se pusieron a bailar alrededor de la prenda envueltos en una felicidad inmensa que lograron trasladar al mundo. Senegal era la selección de todos en ese Mundial.

Ahora intentará repetir viejos éxitos para, entre otras cosas, poder dedicárselos a Bouba Diop. El primer goleador de los Leones de Teranga en una Copa del Mundo falleció en 2020 después de una larga enfermedad, como también hiciera por desgracia en 2013 Bruno Metsu, seleccionador de los senegaleses en 2002. El técnico, despedido pocos meses después del Mundial por discrepancias con su Federación, se retiró de los banquillos en 2012 al serle detectado un cáncer que afectaba a colon, hígado y pulmón. Estaba en fase terminal, le quedaban unos pocos meses de vida. El técnico francés se convirtió al islam y fue enterrado como un héroe en Dakar bajo el nombre de Abdou Karim Metsu, con un ataúd cubierto por la bandera de Senegal.

Bouba Diop, autor del gol que derrotó a Francia, falleció en 2020 como consecuencia de una larga enfermedad; al igual que había hecho en 2013 Bruno Metsu, seleccionador en el debut de Senegal en los Mundiales,

Se trató de un triunfo más allá de lo puramente deportivo, ya que Senegal fue colonia de Francia hasta 1960. Los vínculos son evidentes, al margen de que gran parte de sus jugadores militaban en conjuntos del país galo. Hasta 20 de los 23 convocados por Metsu para el torneo. Entre ellos estaba Diouf. Militaba en el Lens y, cuando se produjo el sorteo, todos los internacionales del equipo se reunieron para observar qué les deparaba la suerte. “En cuanto salió el emparejamiento, todos se levantaron y empezaron a meterse conmigo. Pensaban que Senegal iba a recibir una paliza”, manifestó en una entrevista concedida a FIFA.

Francia no se entrenó en el estadio el día previo al choque a la inauguración. ¿Exceso de confianza? Lo que tiene claro Diouf es que, por todos los condicionantes que le rodean, es “la victoria más bonita desde que existe el Mundial”. Y no llegó por casualidad. Los habituales ingresos de los equipos africanos en los estadios, acompañados de música y bailes, dejaron paso a rictus serios, de concentración. “Estáis muy locos. Sé que esta noche, cuando termine el partido, la gente va a hablar de nosotros en todo el mundo”, les dijo Metsu en la charla previa a saltar al césped de Seúl.

Senegal nunca pasa desapercibida: cuidado con las tarjetas amarillas
Bruno Metsu, seleccionador de Senegal en 2002, falleció debido a un cáncer en 2013

Aunque no todo fue una alfombra roja para Senegal. También tuvieron su ración de lío. Días antes del estreno, Khalilou Fadiga fue detenido por robar un collar de oro valorado en 280 euros en una joyería de Daegu. Se encontraba con otros compañeros y Diouf le lanzó un reto que aceptó. El resultado fue acabar detenido en una comisaría siendo interrogado por la policía. No pasó a mayores… seguramente por la intermediación de los trabajadores de la embajada de Senegal.

Aliou Cissé, actual seleccionador de los Leones de Teranga, era el capitán de aquel mítico bloque. Un cargo que viene ocupando desde 2015, también estuvo a los mandos en Rusia. Ahora llegan a Qatar con una escarapela bien distinta a la de hace un par de décadas. La de ser los vigentes campeones de África. En esta ocasión, les sonrió la fortuna desde los once metros frente a Egipto el pasado mes de febrero. Mané transformó el penalti decisivo y le dio a Senegal su primer entorchado continental.

Sin su estrella, pero intentarán sacarse la espina que les quedó hace cuatro años. Senegal tuvo un comienzo idílico ganando a Polonia (2-1) e igualó con Japón (2-2) en su siguiente compromiso a pesar de que se adelantó dos veces. Los mismos 4 puntos que tenía después de dos partidos en 2002. Sin embargo, todo se fue al traste en la tercera fecha por una monumental carambola. A los africanos les servían las tablas con Colombia. Los cafeteros necesitaban ganar y eso hicieron merced a una diana de Yerry Mina en el 74’. Pasaron como primeros y Senegal se quedó fuera en detrimento de Japón.

Senegal nunca pasa desapercibida: cuidado con las tarjetas amarillas
Las amarillas dejaron fuera a Senegal en el pasado Mundial de Rusia

Empataron a 4 puntos. Presentaron la misma diferencia de goles porque los dos tenían 4 a favor y otros 4 en contra. En su confrontación habían igualado. ¿Cuál era el criterio para desempatar? El ‘Fair Play’. Senegal se fue a la calle por haber visto dos amarillas más que Japón durante la fase de grupos (4 contra 6). Los asiáticos fueron los primeros en avanzar en un Mundial por este método, implementado por la FIFA para la edición de 2018. En caso de haber empatado también en tarjetas, se hubiera recurrido a un sorteo.

El asunto tuvo más miga. Japón se dedicó a dejar pasar el tiempo y a mover la pelota de un sitio a otro en los minutos finales del envite con Polonia de la tercera jornada, cuando perdía 1-0, ya que era una derrota que les clasificaba a octavos. Se la jugaron a que Senegal no marcara en su encuentro con Colombia. El público de Volvogrado recriminó la actitud de los nipones.

Pocas veces en el torneo de selecciones por antonomasia, pero nunca pasan desapercibidos los Leones de Teranga. ¿Romperán el techo de los cuartos de final de África? Hasta en tres ocasiones se han topado con él, siempre con un destino cruel. Camerún se quedó en la antesala de las semifinales en 1990 en la prórroga frente a Inglaterra. Senegal lo sufrió en 2002 ante Turquía debido al mencionado gol de oro. El infortunio se cebó con Ghana en 2010 en los penaltis frente a Uruguay… previa mano de Luis Suárez en el minuto 120 y pena máxima mandada al limbo por Asamoah Gyan. Décadas se lleva diciendo que el continente negro acabará reinando. Lo cierto es que sus combinados les dan vida y desenfreno a las competiciones, pero todavía les resta camino por recorrer. ¿Será el turno de Senegal?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Por qué Estados Unidos 1994 es el mejor Mundial de la historia

El “tongo” en el Alemania-Austria que provocó la unificación de horarios

El origen de todo y una odisea de dos semanas en barco con la copa a bordo para llegar a Uruguay