“¿Batir mi récord? No creo que se pueda lograr”
En una época en la que Messi y Cristiano han arrasado con todos los registros goleadores, ni se han acercado a las 13 dianas que consiguió Just Fontaine en Suecia 1958
Dicen que el 13 es el número de la mala suerte, no será para Just Fontaine. Fueron los goles que hizo en Suecia 1958. Una cifra que acompaña al francés en todos los libros de historia y de la que puede presumir porque es el futbolista que más tantos ha logrado en una misma Copa del Mundo. Vivimos en un tiempo en el que dos extraterrestres han batido todas las marcas que existían y algunas que incluso se han sacado de la manga. Sin embargo, a los 13 de Fontaine ni se han acercado. Ni Messi ni Cristiano Ronaldo ni nadie en estos 64 años en los que se han completado 15 Mundiales.
Nació en 1933 en Marrakech, que entonces y hasta 1956 era un Protectorado de Francia. Comenzó su carrera en el fútbol en el USM Casablanca y luego defendió los colores del Niza y de un Stade Reims en el que militaba cuando llegó el torneo en Suecia. A Fontaine se le caían los goles de los bolsillos. Tres a Paraguay en el debut, dos a Yugoslavia a pesar de la derrota gala y uno más a Escocia. Media docena en la fase de grupos, en la que Francia terminó primera. El delantero sumó otros dos frente a Irlanda del Norte en cuartos, pero Brasil fue mucha Brasil en semifinales. Consiguió otra muesca para su expediente, pero se topó con un Pelé que se estaba dando a conocer al planeta. 5-2 se impuso la Canarinha y condenó a Francia a la lucha por la tercera plaza. Allí Alemania pagó los platos rotos, Fontaine lideró a los ‘Bleus’ con un poker de goles.
Fontaine es sacado a hombros después de un partido en Suecia 1958 FOTO: AFP |
13 dianas en los 6 únicos choques que disputó en su vida el
de Marrakech en la competición. Vio puerta en todos los compromisos de
aquel Mundial, otro hito histórico. Solo Fontaine y otros tres
jugadores que han completado la totalidad de envites posibles en una misma Copa
del Mundo han marcado en todos los partidos. Lo hizo el húngaro Sárosi
en 1938 (4 encuentros), repitió el uruguayo Ghiggia en 1950 alcanzando
su gesta con el Maracanazo (4 encuentros) y después de Fontaine
lo repitió Jairzinho con Brasil en 1970 (6 encuentros). Ahora la
dificultad ha aumentado porque el tope de duelos en una misma edición es de
siete. Schillaci (Italia, 1990), Suker (Croacia,
1998) y Ronaldo (Brasil, 2002) se quedaron muy cerca. Golearon en
seis citas. Solo Morata y Gakpo siguen en la carrera en Qatar,
los únicos que han mandado el balón a la red en todos y cada uno de los choques
de la fase de grupos.
Como cualquier guion de una historia epopéyica, la de Fontaine
también cuenta con un capítulo en el que todo se pudo ir al traste. Una
operación de menisco se cruzó en su camino a seis meses vista de acudir a Suecia
y estuvo ocho semanas en el dique seco que le sacaron de la lista que armaba el
Albert Batteaux. Sin embargo, el de Marrakech fue reclutado a última
hora debido a que el delantero René Bliart sufrió un esguince de
tobillo. Eso sí, llegó al Mundial escaso de material. Se le rompieron
las botas y se las prestó Stéphan Bruey, punta suplente de Francia. Al
terminar se las devolvió. Fontaine hizo tándem con Raymond Kopa,
quien fue nombrado mejor futbolista en Suecia. Era la estrella de Francia
y una figura en un Real Madrid que arrasaba en el viejo continente
encadenando Copas de Europa.
Fontaine se ganó a pulso el récord en su última cita. Después de la decepción con Brasil, los galos pelearon por el tercer puesto con Alemania. Acumulaba 9 dianas y necesitaba otras dos para, como mínimo, igualar las 11 que había firmado el húngaro Sándor Kocsis en la anterior Copa del Mundo. Just pasó a la historia con cuatro goles que le valieron a Francia para subirse al podio y no le pudo el ansia para alcanzar la cota. Con 1-1 hubo una pena máxima y la ejecutó Kopa, Fontaine ni la pidió: “Él era el encargado de tirar los penaltis, así que ese día no tenía por qué ser diferente”. El premio por ser el mejor artillero de la competición, entregado por un periódico, fue una carabina de aire comprimido.
Fontaine recibió una carabina de aire comprimido como premio por ser el máximo goleador |
Con el paso del tiempo, lo de siempre. El mantra de que
antes era más sencillo hacer goles. El de Marrakech habló sobre el tema en una
entrevista con The Guardian y lanzó un órdago: “No era más fácil anotar
en 1958. El estado del balón, la duración de los viajes entre un partido y otro
y el amateurismo hacían que todo fuera mucho más complicado que hoy. El último
gran goleador mundialista, Ronaldo, jugó contra equipos como China
y Costa Rica. Pero, sobre todo, los árbitros protegen a los
delanteros mucho más que en mi época. Así que permítanme repetirlo: 13
goles es una enormidad. ¿Batir mi récord? No creo que se pueda lograr”.
Fontaine alternó su etapa en los terrenos de juego
con la música e incluso grabó algún disco, aprovechó la fama para ganar algo
más de dinero en un tiempo en el que el fútbol no hacía millonarios a las
estrellas del momento. La retirada le llegó antes de lo deseado, en 1960 sufrió
una fractura de tibia y peroné en un partido frente al Sochaux de la que
no se terminó de recuperar a pesar de que regresó a los campos. Colgó las botas
con 29 años y luego hizo carrera en los banquillos. Dirigió a Francia en
un par de amistosos en 1967, al PSG entre 1973 y 1976 y fue
seleccionador de Marruecos entre 1979 y 1981. Quedó tercero en la Copa
de África y se quedó a las puertas del Mundial de España.
¿Podrá superar alguien el récord de los 13 goles de Fontaine?
Se antoja harto complicado. Para empezar porque el último en llegar a los dos
dígitos en un Mundial fue Gerd Müller en México 1970 (10).
Los pichichis recientes se quedaron en media docena, tanto Kane en Rusia
como James en Brasil. Ronaldo puso el listó en 8 en 2002.
Precisamente el que más opciones pudiera tener es un compatriota de Fontaine:
Kylian Mbappé va como un tiro, con 7 tantos en 10 encuentros. Por
comparar, Messi lleva 8 en 22 citas y Cristiano Ronaldo, otras 8
en 20. Llegar a las cifras del de Marrakech puede resultar difícil, pero ser el
máximo anotador de la historia de los Mundiales sí que se encuentra al
alcance de la estrella del PSG, quien está al borde de los 24 años. En
la cima figura Klose y sus 16 goles. Le quedan 9.
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