Dominar un partido no es solo tener el balón en campo contrario

Nadie mejor que Chanel ha definido el paso de España por el Mundial con su ‘SloMo’ y con su ‘Toke’ porque la Selección se movió a cámara lenta y movió el balón hasta aburrir sin llegar a destino fijo 

Nadie mejor que Chanel ha definido mejor el paso de España por el Mundial de Qatar. Primero con el eurovisivo ‘SloMo’, básicamente porque los de Luis Enrique se movieron a cámara lenta en el adiós frente a Marruecos. A una velocidad con la que es prácticamente imposible ganar ningún encuentro de alto nivel. Y después con ‘Toke’, la canción de la selección española para el torneo. Porque otra cosa no, pero toques ha habido para aburrir. Literalmente. Sin destino fijo. Pudo estar jugando hasta 2028 que no hubiera sido capaz de marcar ni un gol, es que ni de penalti. No se podrá decir que la derrota es injusta. Dominar un partido no es tener el balón para nada en campo contrario. Sirva como ejemplo que la mejor ocasión de los europeos llegó en el 123.

España volvió a toparse con su kryptonita: un rival que le espere atrás. Es simple, pero nada sencillo de llevarlo a cabo. Marruecos es granítica, lo probaron antes Croacia, Bélgica y ahora se ha cargado a La Roja. Y todo sin cerrarse descaradamente en su área. Los ‘Leones del Atlas’ minaron la zona ancha y Pedri estuvo completamente desaparecido, solo Gavi entendió qué sucedía en ese sótano, sin embargo Luis Enrique le retiró a falta de media hora. Nico Williams fue el recurso más eficiente porque puso el desborde que necesitaba su equipo y mejoró a un Ferran que no dio pie con bola.

Dominar un partido no es solo tener el balón en campo contrario
Nico Williams fue el que más desborde puso en el último tramo del choque FOTO: SEFÚTBOL

Como si fuera el parabrisas de un coche cuando caen cuatro gotas, a eso se asemejó el fútbol de España. Lento. Pases horizontales a la nada. A Marruecos le daba tiempo a saltar a la presión y recuperar el sitio, de modo que nunca había espacios libres. Los magrebís incluso se desplegaron con veneno en el primer tiempo. En la Selección nadie se movía, todos la pedían al pie. Solo hubo un intento al espacio, de Alba para Asensio. Muy pobre su ataque, sin chispa, sin nadie que rompiera entre líneas, imprecisos en el pase… El que estuvo descomunal fue Amrabat. El medio centro del Mundial hasta la fecha. No se le acabó la gasolina, aunque tampoco es que gastara demasiado. Era la esperanza de España, que el cansancio provocara fisuras en el bloque marroquí. Para eso hay que darle mayor ritmo a tu fútbol.

Otro asunto. Los gili córner. Es natural que mucha gente esté en su contra cuando es tu única opción para botarlos. Como recurso está bien, como forma de vida es un error. Sobre todo porque cuando no estás llevando el esférico al área, desperdiciar una oportunidad de colgarlo en un saque de esquina no es la mejor idea. Aunque estés en desventaja por altura. Metiendo el cuero en zona de peligro pueden suceder cosas, incluso que marques un gol. O que se lo haga el contrario en propia.

Nico Williams cumplió con su papel de agitador en el último cuarto de hora y en la prórroga. Le dio otro aire al juego por la derecha y en sus conexiones con Morata rondó el tanto España. Cierto es que sin obligar a Bono a realizar ninguna intervención de mérito, se reservó para los penaltis. Si se llegó a la tanda fue gracias a Unai Simón, que le sacó a Cheddira la más clara de todo el choque a Marruecos. El delantero la volvió a tener en el segundo acto del tiempo extra y solo Rodri pudo ponerle freno.

Dominar un partido no es solo tener el balón en campo contrario
Laporte lo intenta en una acción a balón parado, aunque sin fortuna FOTO: SEFÚTBOL

Sarabia la tuvo en el último suspiro en un chut que se marchó rozando la madera y después llegaron los infames penaltis de España. Ha entrado en la historia… negativa. Ya es la selección que más tandas ha perdido en la historia de la Copa del Mundo: cuatro. Ha roto el desempate que tenía con Italia e Inglaterra. También ‘presume’ de ser la única, junto con Suiza en 2008, que no ha sido capaz de convertir ni una sola pena máxima. Ni Sarabia ni Soler ni Busquets. Solo Simón le dio algo de vida a los suyos adivinándole la intención a Benoun. Además se cambia una tendencia. Las siete últimas se las había llevado el que empezaba lanzando en segundo término, pero sin marcar era imposible.

Ahora Marruecos intentará entrar en la historia de África. Porque el techo de sus selecciones en una Copa del Mundo está en cuartos de final. Allí cayeron Camerún (1990), Senegal (2002) y Ghana (2010). Se verá las caras con una Portugal que sí demostró que con calidad y dándole velocidad a la pelota puede desarbolar a un conjunto muy bien armado como Suiza (6-1). Los lusos, sin hacer mucho ruido y con la polémica de Cristiano Ronaldo a cuestas, caminan con paso firma. La estrella de Madeira fue suplente después de que Fernando Santos dijera en la previa que vio cosas que no le gustaron en el jugador al ser sustituido frente a Corea del Sur.

A falta de Cristiano, un chaval de 21 años en racha. Su sustituto fue Gonçalo Ramos, que firmó un hat trick. Y marcando el importante, el tanto que abría la cuenta reventando el balón en la misma escuadra. Sacó su instinto de killer en el arranque del segundo tiempo metiendo la punterita para hacer el tercero de Portugal y se la picó a Sommer para el quinto. Un absoluto recital que se culminó con las dianas de Pepe, de Guerreiro tras una enorme jugada colectiva y de Leao. ¿Y ahora qué? Porque a Gonçalo Ramos no le puedes dejar en el banquillo contra Marruecos después de semejante exhibición.

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