El Mundial es como una caja de bombones

Las emociones fuertes llegaron con el Camerún-Serbia y el Corea-Ghana y decepcionaron el Portugal-Uruguay, aunque en menor medida, y el Brasil-Suiza especialmente 

Hoy se nos ha escapado un pedazo de este Mundial. El último día con partidos en las franjas de las 11.00 y de las 14.00 horas. ¿Qué van a ser las mañanas sin fútbol random? Aprovechen lo que resta, que se esfuma a velocidad de vértigo. Por lo menos la guinda ha sido digna de recordar. Y no vamos a ser cuñados diciendo que ya confiaba yo, porque en el menú del día los partidos Camerún-Serbia y Corea del Sur-Ghana se presentaban como los aperitivos del Brasil-Suiza y del Portugal-Uruguay. Lo fueron en orden cronológico, pero no en lo que nos hicieron disfrutar.

Bendita locura. El desenfreno es divertido, es lo que se le pide a un Mundial, pero tiene una corta trayectoria para sus protagonistas. No es menos cierto que el disfrute del espectador es la agonía del entrenador. A buen seguro que la pizarra de Song, Stojkovic, Paulo Bento y Addo está hecha garabatos. Lo que vuelve a quedar de manifiesto es que una Copa del Mundo es como una caja de bombones, como decía la mamá de Forrest Gump. Una sabia esa señora. Nunca sabes dónde puede estar el entretenimiento como espectador neutral.

El Mundial es como una caja de bombones
Gue-Sung Cho firmó un doblete con dos testarazos imponentes FOTO: FIFA

Llega la hora del brunch y no le tienes puestas muchas esperanzas al Serbia-Camerún. Quizá porque no tienen pinta ni serbios ni cameruneses de degustar esas moderneces del brunch. Son más de olor a napalm por las mañanas. Una locura absoluta, dos equipos indescifrables, no hay quién los entienda. Los dos venían de perder en la primera jornada y el empate no les sacó de pobres. Eso sí, el día comenzó curioso con la salida de Onana de los ‘Leones Indomables’ por desavenencias tácticas con Rigobert Song. El portero entiende que sus funciones van más allá de parar, en el debut le vimos en varias ocasiones en el centro del campo por delante de sus defensores, y el seleccionador quiere algo más tradicional.

Cogimos un bombón al azar y ¿qué salió? Uno de esos ricos con avellana por dentro, de los que te dejan fresco el paladar y no quieres que se acabe. De la ilusión de Camerún con el 1-0 a una desconexión absoluta en la que Serbia remontó con dos tantos en el descuento de la primera parte y a la que le dio continuidad con otra muesca en la reanudación. Con el 1-3 todo parecía visto para sentencia. Se podía bajar al súper a hacer las compras. Pues no. Entonces fueron los de Stojkovic los que se desvanecieron como si fueran los protagonistas de un truco de Copperfield. Aboubakar sacó la varita a pasear entrando desde el banquillo. Anotó un golazo y dio el pase para el 3-3 final.

El Mundial es como una caja de bombones
Aboubakar le dio la vida a Camerún entrando desde el banquillo FOTO: FIFA

Te llega el Corea-Ghana. Entre la hora de comer y la siesta. Pero ninguno es fiable en defensa y eso es una gozada para el que sienta plácidamente a seguir el encuentro. Metes la mano en la caja y sacas un bombón de tres chocolates. La perfección. Pa’lante. Dominan de inicio los asiáticos, pero las Black Stars tienen a un Jordan Ayew vestido de John Stockton repartiendo asistencias a diestro y siniestro que Salisu y Kudus traducen en el 0-2. ¡Qué ganas de ver a Kudus a diario!

Cuando más controlado estaba para Ghana, zasca coreano. Si iba de disfraces la tarde, Gue-Sung Cho se puso el de Ismael Urzaiz para empatar la contienda en un visto y no visto con dos cabezazos imponentes. La tendencia invitaba a pensar en una voltereta completa de los chicos de Paulo Bento. Pobre iluso el que lo pensara. La locura estaba en su máximo apogeo y Kudus hizo el 2-3 después de que el balón se le escurriera entre las piernas de un Williams que disparó al aire. ¿Le contará como asistencia? A su llegada al vestuario seguro que tenía el WhatsApp repleto de vaciles de amigos. No importaban. Ghana se llevó los tres puntos y depende de sí misma en la última jornada. Incluso un empate les dejaría muy cerca de los octavos.

El Mundial es como una caja de bombones
De poder a poder fue el choque que enfrentó a Portugal y Uruguay FOTO: FIFA

Luego llegó el turno de los aspirantes a llegar lejos en Qatar. Se bajó el telón de la segunda jornada con el Portugal-Uruguay. De los mejores epílogos posibles. Discutible viendo su desarrollo. Fue uno de esos bombones amargos con los que frunces el ceño de inicio, pero que luego te dejan un sabor aceptable. Le sobraron las tres primeras cuartas partes al encuentro y a los charrúas les faltó tino de cara a gol y también que la madera deje de martirizarles. Solo se puso emocionante la cosa cuando Uruguay se lanzó a la tremenda como reacción al gol de Bruno Fernandes del que se quiso apropiar el acaparador Cristiano Ronaldo. Betancur, Maxi Gómez, Luis Suárez, De Arrascaeta… bien pudieron rascar algún punto los chicos de Diego Alonso, pero se fueron al hotel con un 2-0 merced al penalti convertido por Bruno Fernandes. Portugal da un paso de gigante para avanzar a octavos y Uruguay se queda al borde de la eliminación.

Había ganas de ese Brasil-Suiza. La aspirante y máxima favorita frente a una selección de las más rocosas. Digna heredera, en menor medida, de Italia. Es todo orden y eso prevaleció. Nunca se llegó a romper el partido, principalmente porque la única muesca llegó en el minuto 83. Casemiro definió con un espectacular derechazo una jugada que armaron Vinicius y Rodrygo. Los pájaros disparando a las escopetas. Fue de lo poco rescatable en el 974 Stadium. La caja de bombones estaba vacía y te llevaste el de licor. El que no le gusta a nadie.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Por qué Estados Unidos 1994 es el mejor Mundial de la historia

El “tongo” en el Alemania-Austria que provocó la unificación de horarios

San Mamés lleva camino de hacer historia