El estilo no gana partidos, los que ganan son los futbolistas

No había mejor opción que Luis Enrique si se quería dar continuidad a la idea, pero la pregunta era si convenía mantener un método que en la última década ha dado escasos resultados 

F. F. F. F. F. F… Se cayó definitivamente la conexión entre Luis Enrique y la Federación Española. Fundido a negro y se acabó. Probablemente de una forma demasiado amarga para lo sólida que parecía la relación hace un mes. Resultados mandan. Ni 48 horas han pasado de la eliminación con Marruecos hasta el comunicado en forma de finiquito para el técnico, quien había remitido a todos hasta dentro de unos días para llegar a casa, aposentar ideas y decidir más en frío. No ha hecho falta. Terminaba contrato el 31 de diciembre, sin embargo Rubiales y Molina se han encargado de dejar claro que son ellos los que han cortado primero. El clásico “no eres tú, soy yo”, no vaya a ser que la otra parte me deje antes.

La decisión era compleja. ¿Es Luis Enrique uno de los mejores entrenadores del mundo? Sin duda. La pregunta a hacerse era otra. ¿Debe continuar la selección española con el mismo método que en la última década le ha dado escasos resultados? Han llegado a la conclusión de que sí y por eso han confiado en Luis De la Fuente. Una apuesta arriesgada por mucho que sea un tipo extraordinario, que conozca la casa como la palma de su mano y que haya dirigido a la gran mayoría de futbolistas que estuvieron en Qatar. El asunto es que su experiencia en la élite es nula y aterriza en el cargo en un momento de crisis.

El estilo no gana partidos, los que ganan son los futbolistas
Luis Enrique da órdenes a su equipo durante el cruce con Marruecos FOTO: SEFÚTBOL

La sensación que ha transmitido España en el Mundial es de ciclo agotado porque no todos son Luis Aragonés en 2006 ni cuentan con unos incipientes Casillas, Puyol, Sergio Ramos, Xabi Alonso, Xavi, Iniesta, Torres o Villa para levantar el vuelo. Al margen de que aquella eliminación guarda muchos matices con la actual. La Selección cayó igualmente en octavos… ante una Francia que después sería subcampeona. Tener una idea está muy bien, sin embargo el estilo no te lleva a ganar, los que ganan son los jugadores. No hay un estilo mejor o peor que otro per se, depende de los futbolistas que tengas para ejecutarlo.

Creo que, si se quería dar continuidad a la idea, Luis Enrique era la mejor opción para el cargo (otro asunto es que él aceptara). Pero no haciendo lo mismo en el terreno de juego, dándole una vuelta a su fútbol. Como hizo cuando llegó al Barça. España necesita una revisión de su libreto. Continúa empeñada en jugar a algo que le colmó de oro entre 2008 y 2012, aunque sin las mismas piezas. Y eso suele llevar a chocarse una y otra vez con el muro como frente a Marruecos. Lo único a lo que agarrarse en la última década es la pasada Eurocopa, maquillada por los resultados y una brillante semifinal ante Italia, y la Nations League, en la que también le plantó cara a dos equipazos como la Azzurra de nuevo y Francia. De hecho, perdió por un gol de Mbappé que si lo metiera hoy sería anulado.

Se necesita una calidad superlativa para ejecutar ese plan y España no la tiene. Al menos no como antaño. Porque más allá de que en la lista pudieran faltar otro central y otro delantero específico, sin entrar en nombres, el grueso de la convocatoria es incuestionable. El argumento para insistir es que España solo ha ganado títulos en color con ese estilo. Cierto. Como también lo es que con otra manera de jugar entre 1994 y 2002 se lograron mejores resultados que entre 2014 y 2022. El codazo de Tassotti, los penaltis en Wembley ante Inglaterra, la pena máxima fallada por Raúl en el descuento, el robo de Corea… Se perdía igual, pero la sensación es que la Selección competía mejor. Es que en los tres últimos Mundiales solo ha sido capaz de ganar a Australia, Irán y Costa Rica.

El estilo no gana partidos, los que ganan son los futbolistas
Luis De la Fuente sube desde la Sub 21 para tomar el relevo de Luis Enrique FOTO: SEFÚTBOL

A Luis Enrique le han condenado las formas. Pero no ante los medios de comunicación ni delante de la cámara en Twitch. Te tienes que reír ante los palos de que por stremear no veía partidos del Mundial, qué sorpresón se van a llevar cuando descubran las grabaciones. Lo de la edición de audios sí lo manejan mejor algunos. A Luis Enrique le ha condenado la manera de caer eliminado contra Marruecos. En un encuentro lastimoso en el que el plan escogido fue su perdición porque era lo que quería el rival y encima no hubo solución. Dos disparos a puerta en 120 minutos ante un rival que se dedicó a defender durante 75 minutos y que además generó tanto peligro como tú. Es como para recapacitar. El Mundial de España ha sido muy decepcionante, de suspenso evidente. Y la manera de despedirse ante Marruecos es idéntica a la de hace cuatro años frente a Rusia, moviendo la pelota hacia ninguna parte y teniendo enfrente a una escuadra netamente inferior.

Una cosa no quita la otra. Sería de necios no reconocer que Luis Enrique se ha llevado hostias como panes, la mayoría injustificadas, de un sector amplio de la prensa y también de la afición. En ambos casos, normalmente con tendencia al color blanco. Todos esos que le zurraban por el Twitch o por querer que la Selección vistiera íntegramente de rojo, se agarran ahora a los argumentos futbolísticos. Los que de verdad tendrían que pesar para estar a favor o en contra de la continuidad del asturiano. Pero en realidad los utilizan como excusa para tapar su cruzada personal. Ahora le toca el turno a De la Fuente. De momento parece que cae bien, ya veremos dentro de unos meses. Al menos algunos pueden darse por satisfechos, no parece que tenga una faceta de streamer. Aunque nunca se sabe.

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