Ahora el trabajo de Luis Enrique es controlar el Tren del Hype

España tratará de que no le afecte una euforia desmedida después del 7-0 a Costa Rica y Alemania se asoma al precipicio tras pegársela frente a Japón 

Marcar territorio siempre es fundamental en la primera jornada de cualquier torneo de selecciones. Lo psicológico cuenta. Aunque cuidado con mostrar las cartas antes de tiempo o empezar a creerse más favorito de lo que uno es en realidad. Estas competiciones tan cortas se encuentran plagadas de conjuntos que han comenzado comiéndose el mundo y han acabado atragantándose antes de tiempo. Que España ganase a Costa Rica entraba en las quinielas, incluso que lo hiciera de forma cómoda, pero el 7-0 final escapa a todo pronóstico. Una goleada de otro siglo. La más abultada de su historia en una Copa del Mundo.

Los halagos comenzaron a llegar en la primera media hora, cuando España ya mandaba por 3-0. De estar en el segundo escalón a que algunos vieran a Busquets levantando el ‘troncho’ el próximo 18 de diciembre. Y no es atribuible a los medios de comunicación o a los seguidores de la Selección, es que muchos futboleros brasileños, belgas o qatarís le van a colocar a la tropa de Luis Enrique el cartel de máximo favorito. Problema de la ciclotimia que rodea a este deporte. España no es más candidata ni menos de lo que lo era antes de debutar frente a Costa Rica.

Ahora el trabajo de Luis Enrique es controlar el tren del hype
Luis Enrique incluso pudo dosificar a piezas clave como Busquets FOTO: SEFUTBOL

Resulta una paradoja, pero hay victorias que pueden ser negativas. No en lo inmediato, obviamente, aunque sí con una visión a medio plazo. El reto en estos instantes, también aplicable a Inglaterra, es evitar la euforia desmedida. Algo que en espacios tan cortos de tiempo como en un Mundial no es sencillo. La alegría es lógica y positiva, pero sin pasarse. Ahora el trabajo de Luis Enrique, siendo streamer como es, consistirá en controlar el Tren del Hype en el que se va a ver sumergida la selección española.

Lo que es evidente es que le ha metido el miedo en el cuerpo a Alemania. Cierto es que los dirigidos por Hansi Flick han puesto tanto o más de su parte que España con un segundo tiempo lamentable ante Japón. Los samuráis les han colocado contra la espada y la pared. Un tropiezo el domingo contra La Roja y se podrían despedir a las primeras de cambio de una Copa del Mundo por segunda edición consecutiva. Para los germanos será una final anticipada.

No se trata de restarle méritos al triunfo de España. Eso sí, habría que ponerlo en relativa cuarentena. Porque, sorprendentemente, los kamikazes en este grupo han sido los costarricenses. Salieron al verde del Al Thumama Stadium con una decidida intención de ir arriba a presionar, pero sin llegar a presionar. Dejando a Pedri, Gavi, Dani Olmo y compañía recibir, girarse y mover la pelota sin ninguna oposición entre líneas. Había espacios mil. El ecosistema ideal para que España te destroce como hizo en Doha si tiene un día medianamente inspirado en la faceta ofensiva. Todo salió redondo para sus intereses. Los hombres de ataque hicieron pleno. Marcaron Dani Olmo, Asensio, Ferran y Morata, con Pedri llevando la batuta.

Ahora el trabajo de Luis Enrique es controlar el tren del hype
Nico Williams jugó los últimos 20 minutos y participó en el 6-0 de Soler FOTO: SEFUTBOL

De Costa Rica no hubo noticias. No es descartable que Unai Simón tuviera que llamar a sus familiares y amigos a la conclusión del partido para confirmar que fue titular y que disputó los noventa minutos. Pocas veces tuvo que intervenir con las manos. Fue un espectador de lujo más. Y de haberse marchado antes de la conclusión, como hacen gran parte de las personas que acuden a los estadios en Qatar, nadie se hubiera enterado. En clave Athletic, Nico Williams tuvo 20 minutos, que fueron 28 por el descuento. Tiempo suficiente para dejar su sello participando en el sexto tanto, anotado por Soler, tras desbordar y poner un servicio medido al corazón del área.

No es baladí el 7-0 ante posibles igualadas a puntos. Cabe recordar que en los Mundiales, el criterio para desempatar es la diferencia general de goles. Algo que no ocupa ahora mismo a Alemania. Bastante tiene en pensar cómo ganar a España y no despedirse de Qatar el mismo domingo. Lo suyo fue el segundo bombazo del torneo, con un guion muy similar al de Argentina. Los germanos se adelantaron en el primer acto de penalti, transformado por Gündogan, y pudieron dejar visto para sentencia el duelo ante Japón. También les anularon un gol que el colegiado había dado por válido. A diferencia de lo sucedido con la Albiceleste, la imagen del VAR evidenció que Havertz estaba adelantado.

Ahora el trabajo de Luis Enrique es controlar el tren del hype
Alemania cedió ante Japón y se queda al borde del abismo FOTO: FIFA

A Japón le costó perderle el respeto a Alemania, las cortesías duraron hasta que Moriyasu comenzó a agitar el bonsái. Los nipones pasaron de ser tiernos y condescendientes en las áreas a arrollar a su rival como un tsunami. Minamino dinamitó el choque cuando no llevaba ni un minuto en el verde. Un servicio suyo que llevaba veneno lo despejó Neuer como pudo y Doan anotó a placer. El gran impacto estaba por llegar. Se produjo en una falta de desatención brutal de la defensa alemana. A los Beckenbauer, Matthäus, Sammer o Kohler les tuvo que entrar un tick en el ojo viendo el 1-2. Nace en una falta en zona de banquillos en campo propio de los asiáticos. Un melonazo que Asano, habilitado por Süle, controló como los dioses, cuerpeó a la perfección y batió a un Neuer que no cerró como es debido. El punta del Bochum, segundo por la cola en la Bundesliga, le dio a Japón su victoria más importante en un Mundial.

En el otro grupo completado del día, más igualdad de la que se podía esperar sobre el papel. Croacia, vigente subcampeona, no pasó del 0-0 ante una aguerrida y animosa Marruecos. Los dos jugaron con el freno de mano echado, nadie quería estrenarse con una derrota que le lastrara en las sucesivas jornadas. Canadá debió pensar que eso de regularse no es para ellos, que esta es su segunda participación en un Mundial y no está para guardarse fútbol en el armario. Fue valiente y descarada y le puso en un brete a Bélgica, sin embargo le condenó su bisoñez. Alphonso Davies desperdició un penalti a los diez minutos, magníficamente detenido por Courtois, y Batshuayi firmó la única diana de la noche con un sencillo balón largo (1-0). Sin excesivo brillo, pero los de Roberto Martínez lideran la tabla.

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