Un chispazo de Messi bastará para sanarlos

Argentina supera el primer ‘match ball’ ante México con la ley del mínimo esfuerzo y apoyándose en su gran estrella 

Ayer se cumplieron dos años y un día desde la muerte de Maradona. Suena a condena, en realidad lo es para cualquier argentino que ame el fútbol. El primer Mundial con el recuerdo del Diego que puede ser el último de Messi, enfrascado en poner la guinda a su excepcional carrera levantando la Copa del Mundo. La Albiceleste libró el primer ‘match ball’ frente a México. No convenció, pero sumó una victoria vital. La derrota le mandaba a casa y el empate le dejaba contra las cuerdas. No podía caer así, con Messi tratando de homenajear y emular lo que hizo Maradona en el 86.

Argentina fue Leo y diez más. Por esta vez le sirvió. Se vio a un conjunto atenazado en el primer tiempo, sin ideas, con vértigo. Lógico en cierta medida después del batacazo frente a Arabia, quizá con este triunfo se haya quitado las piedras de la mochila. Solo arrancó cuando emergió Messi. Un chispazo del 10 bastará para sanarlos. Los de Scaloni ganaron con lo mínimo, suficiente para superar a México, sin embargo necesitarán dar bastante más si quieren llegar lejos en Qatar. Por de pronto necesitarán ganar a Polonia para pasar como primeros. El empate podría servirles para sellar el billete a octavos como segundos, aunque sería un premio envenenado porque al otro lado de la puerta esperaría Francia.

Un chispazo de Messi bastará para sanarlos
Messi celebra el gol que abrió la cuenta FOTO: FEDERACIÓN ARGENTINA

Lo que se disputó en Lusail fue una final en toda regla, especialmente por cómo se jugaron los primeros cuarenta y cinco minutos. La banda sonora era de película de Hitchcock. A Argentina y a México se les coló algo de fútbol entre tanta falta porque pasaron más tiempo en el césped que de pie. Los aztecas salieron bravos, marcando territorio con el brazo en cada disputa. Araujo se pasó de frenada con un entradón sobre Acuña que probablemente le hubiera costado la roja de ser un partido de la Liga. Pero el VAR en el Mundial es más laxo. De los porteros no hubo noticias hasta que el Dibu Martínez agarró un potente libre directo de Alexis Vega al borde del descanso. El encuentro era como masticar arena del desierto.

Un poco por el peso futbolístico y otro poco por el peso de la historia y la balanza se empezó a mover hacia el lado de Argentina en la segunda mitad. Realmente el que la movió fue Messi. Primero con una arrancada tras un pase filtrado de Mac Allister en el que sacó una falta peligrosa y la amarilla de Erick Gutiérrez. El del PSG no atinó con el libre directo. Repitió intentona poco después. A la tercera, la vencida. Héctor Herrera se olvidó medio segundo de Messi en la frontal y cuando quiso reaccionar el esférico ya estaba en dirección a la cepa del poste. Lleva metiendo ese mismo gol tres lustros. México se diluyó como un azucarillo y la sentencia corrió a cargo de Enzo Fernández con un brutal caracoleo y un perfecto chut con rosca al palo largo.

A Argentina le espera Polonia, líder momentáneo del grupo tras ganar a la sorprendente Arabia. Toda la eficacia que tuvieron los saudíes contra la Albiceleste, les faltó ante los europeos. Polonia, que comenzó repartiendo más que Amazon y a la que le perdonaron la expulsión a Cash, se adelantó por mediación de Zielinski. Inmediatamente después, Arabia la tuvo para igualar con un penalti que Szczesny le sacó a Al-Dawsari. Los chicos de Hervé Renard intentaron repetir el fulgurante inicio de segundo tiempo que tuvieron ante Argentina, pero se quedaron con el molde. Perdieron gas a marchas forzadas. Se aliaron con la madera para evitar los aciertos de Milik y Lewandowski, sin embargo no fue eterno. El punta culé aprovechó un error grosero de Al-Albulayhi al querer controlar un balón en la frontal y estrenó su cuenta mundialista a los 34 años. No pudo evitar las lágrimas.

Un chispazo de Messi bastará para sanarlos
Mbappé fue a celebrar con la grada el definitivo 2-1 FOTO: FIFA

El segundo de este grupo se las verá con Francia. Un peligro porque a los galos se les está poniendo de nuevo cara de campeones del mundo. Y eso que no se han medido a ningún otro gallo. Los focos del triunfo contra Dinamarca los acaparará Mbappé, hizo los dos goles, pero el MVP en la sombra de este equipo es Griezmann. Es el que permite que todo fluya. Descongestiona entre líneas, se sacrifica en cualquier zona del campo y reparte regalos por doquier. Como por ejemplo el centro que le puso a Kylian para el definitivo 2-1.

Después de un primer acto en el que ambas selecciones actuaron con el freno de mano, en el segundo se terminaron de soltar. Ese intercambio de golpes fue bonito para el espectador, también la tumba para la que tenía menos pegada: Dinamarca. Mbappé inauguró el electrónico tras una gran conexión con Theo Hernández y la reacción nórdica fue inmediata por parte de Christensen en un córner. Se perdió el control. Lindstrom, Tchouaméni, Braithwaite… el cuero iba de un área a la otra. Hasta que Mbappé dijo basta y dejó prácticamente encarrilado el liderato del grupo. Solo Australia puede echar mano a Francia, pero la diferencia de goles es muy favorable a los de Deschamps. Los Socceroos batieron por la mínima a Túnez (1-0) con un tanto de Mitchell Duke. Un delantero que milita en el Fagiano Okayama, de la segunda japonesa, y que oposita seriamente a ser el heredero de Tim Cahill. El mítico delantero seguro que da el visto bueno a ese remate de cabeza.

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