¿A quién le importa el partido por la tercera plaza?
Se empeñan en darle una trascendencia de palabra que luego no se la conceden ni los propios equipos ni los aficionados al fútbol ni siquiera la propia organización
Me encanta el fútbol. Me apasiona en todos sus contextos. Lo consumo prácticamente siempre, incluso en ciertos amistosos porque sé lo que voy a ver. Y lo del partido por el tercer puesto del Mundial es poco más que un amistoso. Se empeñan en darle una trascendencia con la palabra que luego no se percibe. El aficionado no lo vive igual, ni el implicado ni el neutro. Tampoco los equipos, más allá de la celebración final de Croacia y las protestas al colegiado de Marruecos. La manera de encarar el choque no es la misma. ¿Dalic y Regragui hubieran dispuesto esas alineaciones en caso de estar en liza el Mundial? Poco probable. Y luego está la organización, la que sí debería disimular un poco más en otorgarle cierta relevancia. ¿Ha sido el árbitro qatarí Al-Jassir uno de los más destacados de la competición? Porque solo ha dirigido el Estados Unidos-Gales de la fase de grupos.
¿Por qué no le conceden la tercera posición ‘ex aequo’ a los dos perdedores de las semifinales? Les harían un favor. Y no es solo por el varapalo de ver cómo se ha escapado un pase a la final pocos días antes, es que lo habitual es que la motivación de los jugadores es escasa en estos encuentros. Una vez puestos en faena, evidentemente, todos quieren ganar. Como en los amistosos, por cierto. Dicen que a todo el mundo le gustaría jugar este duelo por eso de que como mínimo has llegado hasta semifinales, tengo mis dudas sobre ello. Pero lo que es evidente es que de los siete compromisos que puedes llegar a disputar en un Mundial, el único que no te importa perder es este.
Croacia se llevó el bronce con este golazo de Orsic al filo del descanso FOTO: FIFA |
Si se suprimiera no pasaría nada. Pero no solo en fútbol.
Veo las mismas situaciones en baloncesto, en voleibol, en hockey patines y en
curling. No se pone la misma tensión. Otro asunto distinto es que haya un
premio deportivo para el tercer clasificado en forma de billete para otra
competencia, por ejemplo los Juegos. Y es precisamente en los Juegos
donde es el único sentido que le veo por la tradición que conlleva. En
el fútbol me da la sensación de que se mantiene por celebrar un acto más, lo
que supone más dinero para la FIFA. En las Eurocopas no hay partidos por la
tercera plaza. En las Copa América y de África sí lo hay, cabe decir.
Hay que reconocer que si a alguna selección le puede generar una especial ilusión es a la que se ha erigido en sorpresa, tipo Marruecos. Para ellas sí tiene un extra de emotividad. Aunque tampoco les va la vida en ello. Que cuando se cuente la historia de su epopeya dentro de 60 años no va a cambiar demasiado en el fondo por haber quedado tercera o cuarta en la Copa del Mundo 2022. Dicho sea de paso, el techo africano se ha quedado en la cuarta posición.
La selección croata, en el podio después de haber derrotado a Marruecos FOTO: FIFA |
No negaremos tampoco que estos encuentros han servido para
escribir algunos hitos históricos en los Mundiales. Los cuatro tantos
que firmó Just Fontaine en 1958 frente a Alemania le catapultaron a los
13, superando los 11 de Kocsis cuatro años antes y que aún supone el récord
anotador en una sola edición. El tanto más rápido de la historia del torneo
se produjo en la lucha por el bronce, en 2002, y lo protagonizó el turco Hakan
Sukur. Vio puerta a los 11 segundos contra Corea del Sur. Y más
recientemente, en 2010, una diana de Müller ante Uruguay le valió para ser
la Bota de Oro.
No ha sido el caso en este Croacia-Marruecos. Con el tiempo
quizá se recuerde como el último envite internacional de Modric, que no
es poca cosa. Sí nos ha dejado un par de golazos del combinado báltico. El
primero en una acción elaborada de pizarra, obra de Gvardiol. Un premio
al excelente mes que ha completado. Si alguien osa a reducir su paso por Qatar
a la acción de Messi en la semifinal, estará metiendo la pata hasta el
zancarrón. El segundo, en un sutil toque de Orsic. El arbitraje y el VAR
volvieron a quedar en evidencia, como lo llevan haciendo durante todo el
Mundial, y En-Nesyri la tuvo para mandarlo a la prórroga en el añadido. Por ahí
sí que no paso. ¿Es necesario un tiempo extra en un tercer y cuarto puesto?
Que se vayan a los penaltis después del noventa y listo.
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