Ghana no es el Athletic y Williams lo acusa
Se termina la aventura mundialista de Iñaki, a las Black Stars les vienen a visitar fantasmas del pasado frente a Uruguay y termina pasando Corea después de un final loco a dos bandas
Terminó la aventura mundialista de Iñaki Williams, regresa a casa antes de tiempo. Ahora unos días de vacaciones y disponible para Valverde de cara a la cita copera en Sestao del día 20. No habrá paladeado la competición como a él le hubiera gustado, apenas ha tenido impacto. Y no parece que haya sido por demérito propio sino porque Ghana nunca ha podido activar a su delantero. Natural por otra parte, ya que faltan automatismos. Están en una relación y acaban de conocerse. De todos modos, los problemas de los africanos no han estado en ataque. No hay defensa para Ghana, literalmente. Ha sido un coladero en sus tres partidos.
Williams arrancó desde la derecha, aunque acabó en punta. Sorprende lo poco que le han buscado a lo largo de la competición en una selección que abogaba por salir al espacio y con gente de calidad por detrás como son Kudus, los hermanos Ayew o Thomas Partey. Tampoco Iñaki ha padecido los mismos problemas que cuando actúa como referencia en Bilbao. Con su club las críticas van dirigidas a los números, a no definir las ocasiones de las que dispone. No esta temporada, ojo. Pero pedirle goles con Ghana es una quimera porque no le suministran balones. La única ocasión medio decente que ha tenido en Qatar es la que se generó por pillo ante Portugal. Ha faltado química en la adaptación de Williams. Ghana no es el Athletic, en el que la ‘pantera’ está integrado a la perfección y es piedra angular, y lo ha acusado.
Williams se despide del Mundial sin haber visto puerta con Ghana |
No pudo cobrarse la venganza Ghana sobre Uruguay
por lo sucedido en 2010… al menos no en carne propia, pero sí observó muy de
cerca cómo el alma charrúa se partía en mil pedazos. De verse clasificados a
marcharse a la calle por un gol de Corea en el descuento contra Portugal.
La tropa de Diego Alonso aguantó su 2-0 sin ir a aumentar la renta para
asegurarse el billete y finalmente se quedó fuera por la diferencia general de
goles. A Ghana le servía el empate, sin embargo le vinieron a visitar
los fantasmas del pasado cuando el VAR alertó al árbitro de un penalti sobre Kudus.
André Ayew, único superviviente de Sudáfrica, no atinó. Rochet
se vistió de Muslera. Las imágenes se fueron con Luis Suárez.
Informativamente hablando era lo que tocaba. ¿Todos queríamos un poco de morbo?
También.
Ghana se hundió. Salisu salvó in extremis una
picadita de Darwin que ya había superado al meta. El preludio de la
catástrofe. Dos zagueros se comieron un centro lateral, Suárez se sacó
un chut que repelió Ati Zigi y De Arrascaeta anotó sobre la
línea. Seis minutos después, otra muesca del jugador del Flamengo. Los
africanos no sabían por dónde les daba el aire, Uruguay combinaba con
tremenda facilidad por dentro. Así como Senegal rompió ante Ecuador
con todos los clichés de las selecciones africanas, Ghana se encargó de
ratificarlos uno a uno. Fue un descontrol.
Williams, con caño de Suárez incluido, volvió a la punta del ataque y Kudus, a la derecha. Los hermanos Ayew se quedaron en el banquillo para el segundo acto, Iñaki siguió arriba y el del Ajax pasó a la media punta. Mucho agitar el árbol de Ghana para nada. Mientras tanto Uruguay se limitó a observar cómo avanzaban las manecillas del reloj, se limitó a un intento de Pellistri y a un voleón lejano de Valverde. El Corea-Portugal marchaba 1-1 desde la media hora y Uruguay sabía que un gol asiático le ponía de patitas en la calle.
Corea pasó a octavos con un tanto a última hora y dejó fuera a Uruguay FOTO: FIFA |
El decalaje entre ambos encuentros era notorio. Cuando Hee-Chan
Hwang hizo el 2-1 para Corea el descuento al aprovechar una contra
conducida por Heung-Min Son después de un córner luso, lo de Uruguay
marchaba aún por el 84’. Las imágenes volvieron a Suárez. Estaba en el
banquillo llevándose las manos a la cabeza, como De Arrascaeta. Incluso
con alguna lágrima. No se lo podían creer. El duelo en Al Wakrah se
convirtió en una ruleta rusa. Ghana vio que Uruguay salía de
la cueva y que con dos goles pasaba, estaba difícil pero era una oportunidad
que antes no existía. Nadie defendía, era un patio de colegio. Kudus, Maxi
Gómez, Sulemana, de nuevo Kudus, Coates y una falta en el último segundo de
De la Cruz. Todos querían, pero nadie embocó y se fueron de la mano a
casa, para alegría de Corea del Sur.
A los dirigidos por Paulo Bento les espera en octavos
el rival más grande posible: Brasil aseguró su primera plaza a pesar de
la derrota con Camerún. Aboubakar llevó la alegría al bando de
los ‘Leones Indomables’ en el descuento. El segundo billete fue para Suiza,
que continúa siendo fiable como un reloj. Desde 2014 ha superado todas las
fases de grupos en los torneos de selecciones y ahora se las verá con Portugal.
Los de Murat Yakin incluso se quedaron a un solo tanto de haber acabado
líderes, lo que hubiese mandado a Brasil frente a los lusos y a la parte
del cuadro de España.
Lo del Serbia-Suiza fue de frenopático en el primer
tiempo. Los helvéticos tuvieron dos claras antes del segundo 30 y para el
minuto 10 Zivkovic estrelló el balón en la madera. Shaqiri, de
origen kosovar, estrenó el marcador para Suiza, como hace cuatro años en
Rusia. La reacción balcánica fue inmediata. Stojkovic había
colocado toda su pólvora en el verde y dio la vuelta al marcador con un
cabezazo marca de la casa de Mitrovic y con un chut cruzado de un
cazagoles como Vlahovic. A Serbia le faltó equilibrio en el centro del
campo y contundencia defensiva y lo pagó con el tanto de Embolo al borde
del descanso. Freuler hizo el 2-3 nada más arrancar el segundo periodo
después de una extraordinaria combinación entre Shaqiri y Vargas
y ahí cambió el partido. No hubo nada de Serbia. Un poco por cansancio y
otro poco por una creciente desesperación, sus jugadores acabaron desquiciados.
Al margen de que sus hombres más peligrosos fueron sustituidos: Vlahovic,
Milinkovic-Savic y Tadic. Suiza, entonces sí, sacó a relucir su
versión granítica y no se jugó más. Le pondrá las cosas difíciles a Portugal.
Francia puede dar fe.
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