La tiranía francesa no admite sorpresas, honor absoluto para Marruecos

La selección africana muestra su versión más ofensiva después de encajar un tempranero tanto, pero no consigue impedir la final entre los galos y Argentina 

Honores para Marruecos. Se acabó el sueño. No le deslumbró el foco de la fama por llegar a unas semifinales de la Copa del Mundo y jugó a ganador hasta el último segundo. Pero Francia era mucha Francia. Los ‘Leones del Atlas’ han dado una lección al mundo, hay fútbol más allá de Europa y América. Si no ha sido la mayor sorpresa de la historia de los Mundiales, en el podio está seguro. Todo el partido estuvo por detrás, una sensación que no había experimentado en Qatar. Existía la duda razonable de cómo respondería si encajaba un gol pronto como así fue. ¿Se resquebrajaría su tela de araña? No le servía ser reactivo y la respuesta fue que vimos la versión más ofensiva de Marruecos, muy molona.

Porque los dirigidos por Regragui demostraron que no solo saben defenderse. También atacan cuando lo necesitan… y no lo hacen nada mal.  Se han defendido cuando han creído que era el mejor camino al éxito, mostrándose infranqueables, y cuando el encuentro les ha pedido lo contrario, se han mostrado asociativos en campo rival. Por momentos no dejaron a Francia salir de su campo. Vale que los galos no estaban del todo incómodos, pero la posibilidad del empate sobrevoló en el Al-Bayt Stadium en el segundo tiempo. Nunca se rindió Marruecos, que la tuvo incluso en el descuento cuando ya sabía que el sábado le esperaba la lucha por la tercera plaza.

La tiranía francesa no admite sorpresas, honor absoluto para Marruecos
El-Yamiq tuvo el empate al borde del descanso con esta espectacular chilena FOTO: FIFA

Y es que Francia no es Bélgica ni España ni Portugal. Es el mejor bloque de este Mundial, se mueve con una seguridad pasmosa. No le importa que Mbappé no ejerza de súper estrella, su fuerza radica en el grupo. No es la típica frase cutre de libro de auto ayuda, es la realidad. El que sí está en plan líder es Griezmann. Se multiplica como los panes y los peces, resulta decisivo en las dos áreas. Muchos reducirán lo del domingo a un Messi contra Mbappé, sin embargo la clave bien pudiera estar en el duelo de segundos espadas entre Julián Álvarez y Antoine. Sin pasar por alto a un Tchouaméni tremendo por dentro ayudando a desatascar y a encontrar el espacio libre, lo de Griezmann estas semanas en Qatar es para MVP. Siempre en el momento preciso y en el lugar adecuado, interpretando lo que pide el partido.

Tuvimos más ración de polémica. El fútbol es un cachondo y nos regaló otra acción de penalti dudosa hasta la saciedad. Absolutamente gris, como en el Argentina-Croacia del día anterior. Theo recortó en su área, se resbaló y golpeó a Boufal. El árbitro señaló falta del marroquí. El criterio empleado, eso sí, es el mismo que en la jugada entre Livakovic y Álvarez. Se consideró infracción del que no estaba en posesión de la pelota. ¿Quién tiene la razón? Nadie. Podrían realizarse horas de debate y ninguno será capaz de convencer a la parte contraria. Fútbol.

Hubo sorpresa inicial en Marruecos, ya que salió con tres centrales. Lejos de ganar en solidez, cometió más errores en los 20 primeros minutos que en toda su andadura mundialista. El 1-0 de Theo se originó con Griezmann aprovechando que El-Yamiq midió horrorosamente mal un pase filtrado de Varane. Giroud estampó el cuero en la madera después de otro fallo de Saïss. El avance de la Copa del Mundo, la tensión y la carga de minutos hizo estragos en el combinado norteafricano. Aguerd fue anunciado en el once, sin embargo al verde saltó Dari. El propio Saïss necesitó el cambio en el 21’, lo que le sirvió a Regragui para volver a su dibujo más tradicional. Pero sin sus centrales titulares.

La tiranía francesa no admite sorpresas, honor absoluto para Marruecos
Griezmann volvió a ser la pieza que interconectó todo el fútbol de Francia FOTO: FIFA

Disfrutamos con la alegría de Marruecos en busca del empate. Esa foto de la chilena de El-Yamiq hubiera empapelado las habitaciones de la juventud del país durante el siguiente siglo de no haber mediado la mano de Lloris y el palo. Achraf y Ziyech combinando por la derecha, Ounahi moviéndose con libertad, los laterales buscando la espalda de la defensa ‘bleu’… Fue como si los papeles estuvieran cambiados. Francia estaba con diez jugadores por detrás de la pelota y con Mbappé como hombre más adelantado, a 70 metros de Bono. La entrada de Thuram, unido al cansancio de los ‘Leones del Atlas’ y a su obligación de adelantar líneas, provocó que se generasen más espacios de los deseados para los chicos de Regragui. La estocada definitiva se produjo a falta de diez minutos. Mbappé se revolvió como un croissant en el área, buscó un hueco donde no lo había para sacarse el disparo y Kolo Muani, que apenas llevaba un minuto en el verde, anotó en el rechace.

Se viene una final espectacular entre Francia y Argentina. Le faltaba a este Mundial una cita de alto copete. No hay duda de que los favoritos son los europeos. Por el bagaje previo y por lo exhibido en Qatar. Han funcionado con una tremenda solvencia en todos y cada uno de sus compromisos, con un empaque fuera de toda duda. Es una selección que juega como un club. La Albiceleste apelará al fútbol canchero, a la calidad de Messi y tratará de llevar el partido por otras vías para hacer saltar por los aires esa seguridad francesa. Nos sentaremos y disfrutaremos.

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