Francia es un club compitiendo entre selecciones
No necesita de la intervención directa de Mbappé para superar a Inglaterra, demuestra capacidad de sufrimiento y hasta le acompaña la suerte del campeón en el penalti que Kane mandó a las nubes
El tren de Francia continúa imparable hacia su tercer Mundial, el segundo consecutivo. También claudicó Inglaterra, otra de las principales aspirantes, en una cita de poder a poder. Se percibía el peso de ambos contendientes y el respeto que existía. Jugaron con la tensión de una final y es que bien lo podía haber sido. Los galos tiraron de nuevo de experiencia. Sin hacer grandes partidos, pero con una sobriedad descomunal, se convierten en los grandes favoritos al título. Es un club compitiendo entre selecciones. Demostrando tener la capacidad de sufrimiento justa como para no entrar en pánico. Y eso que Inglaterra llevó a Francia al límite. El asunto es que la confianza desborda a los ‘bleus’, es como si entrenasen todos los días juntos. Eso es mérito de Deschamps.
En el día D hasta la fecha para Francia, Mbappé apareció a cuentagotas. Diremos que estuvo bien tapado por Walker y Henderson. Quedó patente que no es imprescindible para los suyos porque el repertorio de ese vestuario es gigantesco. Más allá de no intervenir en los goles, tampoco amenazó con sus galopadas salvó una vez en el segundo tiempo. Eso sí, su presencia intimida. En el 0-1 arrastró a varios defensas, Inglaterra acumuló gente en su área para tapar un posible centro y Tchouaméni sacó un latigazo a 108 km/h ajustado a la cepa del poste. Sería absurdo no reconocer que a los de Deschamps también les acompañó la suerte del campeón con ese penalti que Kane mandó a las nubes.
Giroud, con este cabezazo, selló el billete de Francia para las semifinales FOTO: FIFA |
Lo que Tchouaméni te da, Tchouaméni te quita.
Suya fue la infracción sobre Saka que trajo el 1-1. Kane asumió
la responsabilidad, lógicamente. Enfrente estaba Lloris, compañero en el
Tottenham. Dificultad añadida, se ven todos los días, se conocen a la
perfección y en los once metros el que tiene más que perder es el lanzador. El 9
inglés salió del paso colocando el balón en la escuadra. Se vio por segunda
vez en esa tesitura. De nuevo para igualar, pero con solo cinco minutos
para acabar. Theo atropelló a Mount y el VAR llamó al orden al
colegiado de campo. Complicado gestionar esas emociones, aunque Kane es
un valor seguro. “¿Y ahora, dónde?”, debió pensar Kane. Se le fue a las
nubes a la par que se le vino el mundo encima a un punta que ha completado un Mundial
espectacular.
Francia dispone de recursos infinitos. Cabe recordar
que por el camino ha perdido a Lucas, Kanté, Pogba y Benzema. Y sigue
siendo una roca. Griezmann se pone el mono de trabajo y a funcionar. Lo
pasó mal en ciertos tramos de la noche con Saka castigando el lado débil
que dejaba Mbappé. El del Arsenal, con 21 años, será lo que
quiera en el fútbol. Tímido fuera del verde como para pedirle por favor a Beckham
una fotografía sin tratar de importunarle y desmelenado dentro para retar a
quien se le cruce por delante o para lanzar el quinto penalti de una tanda con
tu selección jugándose la Eurocopa en Wembley.
Se pudo poner por delante Inglaterra. La tuvo Maguire con un cabezazo que se fue lamiendo la madera y el propio Saka en el segundo palo tras un servicio de Shaw. Sin embargo, a Francia estuvo templada. Giroud avisó en primer lugar y acertó a la segunda, el hombre sin gol lo volvió a hacer. El culmen de la emoción en estos cuartos pudo correr a cuenta de Rashford con un libre directo en el minuto 100 en la frontal, en el mismo lugar en el que 24 horas antes Weghorst llevó las tablas ante Argentina con una genialidad histórica. El del Manchester United tiró de normalidad en el disparo y el esférico se perdió cerca de la escuadra.
Kane tuvo el 2-2 en un penalti que mandó a las nubes faltando cinco minutos FOTO: FIFA |
¿Quién podrá detener a Francia? ¿Será Marruecos?
Es lo que le faltaba. Ya son historia del fútbol. Ha roto el techo de cuartos
de África, quizá en el momento menos esperado. Por vez primera una
selección de ese continente ha alcanzado las semifinales de una Copa del
Mundo. Camerún en 1990, Senegal en 2002 y Ghana en
2010 llenaron de alegría su fútbol y dijeron adiós de manera cruel. Marruecos
lleva otro estilo, de más control, acorde a unas posibilidades que exprime al
máximo. Que nadie diga que eso de defender es sencillo o simple. Si así lo
fuera, todos lo replicarían porque sería el trayecto más corto al éxito. Solo
ha recibido un gol y fue en propia. Una de las grandes sorpresas en la historia
de la competición. Quizá la mayor.
Portugal ha sido la última víctima del entramado defensivo de Marruecos. No se embotó tanto como ante España, pero mantuvo el mismo orden. Los lusos se sabían la lección y en el primer cuarto de hora tiraron más desmarques a la espalda de la defensa que los de Luis Enrique en 120 minutos. Aunque no había manera. Joao Félix fue el más activo, con Cristiano de nuevo como revulsivo. Tampoco aportó nada al entrar. Eso sí, fue el primero en marcharse al vestuario a lágrima viva. El único gol lo firmó En-Nesyri poco antes del intermedio. Remató un centro que cayó con nieve y en el que Diogo Costa midió de espanto.
Historia del Mundial: Marruecos es la primera selección africana en llegar a semis FOTO: FIFA |
Con ventaja, razón de más para proteger su tesoro. Cierto es
que los de Regragui se llevaron un buen susto inmediatamente después de
anotar porque el larguero repelió un centro chut de Bruno Fernandes. Portugal
fue cargando más y más el área, aprovechando que Marruecos no estaba con
sus centrales titulares. Aguerd ni salió, arrastraba molestias derivadas
del choque con España, y Saïss fue relevado en el 57’. El-Yamiq
fue el controlador aéreo. Un defensa al que Guruzeta le hizo un roto en
el partido liguero antes de poner rumbo a Qatar.
Lo de Amrabat va para MVP del Mundial, escoltado por
el fino estilista de Ounahi. Juega en el Angers, colista de la Ligue
1, y extraño sería que no pagasen más de 50 millones en el próximo mercado.
Bono fue el último escollo, salvando con un vuelo sin motor el
lanzamiento de Joao Félix y tirando de destreza ante el desenfunde
rápido de Cristiano. Cierto es que Marruecos tuvo bastante
fortuna con el cabezazo a bocajarro que Pepe no acertó a mandar entre
palos en el 97. Otra ronda extra para Marruecos. Una vez aquí, que nadie
le quite la ilusión. ¿Y si la termina de liar?
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